Volver a un lugar: La Quebrada de Humahuaca

A veces me pregunto que atesoran algunos lugares que provocan un regreso incesante. Conocemos un lugar en el mundo y de manera fulminante nos atrapa. Nos convertimos en prisioneros. Libres prisioneros. Desde el momento que conocemos el lugar, firmes pensamientos sustentan la memoria y al cabo del tiempo, quizá la imaginación contribuye a forjar una imagen ideal. La evocación latente ya forma parte de nuestro ser y jamás descubriremos la razón de nuestra atracción. Porque cuando hablamos de sensaciones, no hay razones. Ni siquiera las palabras alcanzan a comprender.

Quizá estos lugares son como esos amores que nos atrapan con un seductor anzuelo y no sabemos el porqué. Esos amores que pasan por nuestras vidas de manera efímera y permanecen idealizados. A veces me pregunto si el reencuentro será tan ideal como lo fantaseamos en nuestra memoria o si el idealismo vive únicamente en nuestro ser, en nuestro imaginario. ¿Los lugares serán como los amores?

Agosto 2007: Es mi tercer encuentro con la Quebrada de Humahuaca. Atraída por una suerte de embrujo, creo que fui víctima de su anzuelo la primera vez (en diciembre de 2004). También fue un seductor anzuelo.

La Quebrada de Humahuaca es un valle de 155 km de longitud ubicado en la región noroeste de la República Argentina. Tilcara, una de las localidades de la Quebrada, es el lugar donde me alojo, en la hostería “Rincón de Fuego” de Ricardo, el padre de Sebas, a quienes agradezco sinceramente su hospitalidad.

Cerros áridos, vientos que revolotean la tierra y salpican los cuerpos de gargantas sedientas. Parecieran cerros imperantes ante cualquier adversidad. A medida que voy llegando a Tilcara vislumbro, a través de la ventana, un cartel sostenido por un grupo de personas que se manifiestan en la ruta. El cartel reza “Fuera gringos”. Es un significativo anticipo de lo que veré a lo largo de mi estadía.

En la parte inferior de la Quebrada encontramos cerros multicolores fuertemente erosionados. El cerro de los Siete Colores, en Purmamarca, anticipa un leve aroma a misticismo. Me dejo llevar por ese aroma e intento escapar de los numerosos turistas que se concentran en la plaza central, alrededor de una gran cantidad de artesanía seriada e industrial. El encanto del lugar convive con esta explotación. Es una realidad.

La Quebrada de Humahuaca fue declarada, en julio del 2003, Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por UNESCO. Desde entonces, ha sido campo de batalla de explotaciones turísticas, sin ningún tipo de reglamento, proliferando los conflictos de tierras. Muchas de las tierras han sido vendidas por los nativos del lugar a precios ridículos, sin saber que la tierra ha ido adquiriendo un enorme valor. Los beneficiarios son foráneos que, viendo la oportunidad de negocio en el lugar, han erigido hoteles y restaurantes a diestro y siniestro. Los lugareños se van o terminan trabajando para ellos, como mucamas (servicio doméstico), camareros/as, sirvientes, etc… También hay casos de usurpaciones de tierras.

El incremento del turismo podría ser positivo para la Quebrada de Humahuaca, aportando beneficios económicos para la comunidad local. Pero lamentablemente no es la opinión generalizada de los nativos del lugar a raíz de la experiencia posterior a la declaración de la UNESCO. Existen conflictos, contradicciones y malas prácticas fruto también de la idiosincrasia del lugar. Una idiosincrasia compleja y difícil de entender para una persona ajena pero, si más no, me permito la licencia de transparentar ciertas impresiones a raíz de mi interacción con el lugar y de las conversaciones con diferentes personas.

Me resulta arduo caminar por territorio resbaladizo ya que es una realidad profundamente delicada. Sin embargo, no puedo dejar de aturdirme ante determinadas prácticas que pervierten la cultura, ocasionadas por la llegada masiva de turistas que desean contemplar la singularidad de la cultura andina, sin hurgar más allá del exotismo concienzudamente preparado.

Se alejan las culturas que entran en contacto y es entonces cuando pueden suceder dos cosas en este choque cultural: los lugareños terminan odiando a los extranjeros (como el cartel “fuera gringos”) o los lugareños explotan el exotismo de sus prácticas y los extranjeros sólo somos máquinas de hacer dinero y somos todos iguales. Es así como se establecen clichés de cara al turista. La cultura se estandariza, preservando su singularidad para reuniones íntimas.

Si las políticas culturales y turísticas públicas fueran más eficientes, si la participación de la comunidad local en diversas acciones fuera más activa, si los visitantes tuvieran mayor conciencia, si no hubiera tanta inversión hotelera extranjera, si…, si…, hay tantos sis y tanto por hacer y tanto por movilizar, por inducir un giro absoluto.

Aún así hay gente que está trabajando por ese giro, que cree en un camino cultivado en el tiempo y en comunidad. Y son ellos los verdaderos activos. Ricardo, sin ir más lejos, quien está potenciando un turismo de calidad, a través de las hosterías y circuitos turísticos; l@s técnic@s de la red de turismo rural comunitario (Alberto, Patricia, Natalia) y todos los emprendedores que forman parte y trabajan por fortalecer sus estructuras y buscar recursos, con ellos compartí una amistosa y divertida jornada en Higueritas (Tumbaya); Armando Álvarez y la radio Pirka (Tilcara); La Casa del Tantanakuy (Humahuaca) y muchas personas y organizaciones que siguen trabajando fiel a sus convicciones y con la gente, a pie de la realidad.

No puedo terminar esta bitácora sin nombrar a Música Esperanza (Tilcara), Susana, Radek y el resto del equipo que está realizando una intensa labor cultural y musical en el territorio, y en proyectos transfronterizos musicales con población infantil. Como siempre, la música un lenguaje universal. Os deseo lo mejor. Tampoco puedo dejar de nombrar un dato curioso, conocí a mi homónimo boliviano Radek, ya que nacimos el mismo día del mismo año con una hora de diferencia, Radek en Sucre (Bolivia) y yo en Barcelona. Gracias Radek por las conversaciones dispares y el intercambio intelectual, por las risas y por la deliciosa cena con tu familia.

La Quebrada, un valle enigmático que envuelve todos mis sentidos mientras me desplazo de San Salvador de Jujuy (la capital de la provincia de Jujuy) a todas las localidades del valle; de Tilcara a Tumbaya; de Humahuaca a Volcán; de Maimará a Purmamarca.

Idas y vueltas, cruces constantes, viajes en colectivos llenos de tierra expulsada por el viento. Personas en constante movimiento desde bien temprano, en la madrugada, hasta altas horas de la noche.

A lo largo de 10.000 años la Quebrada de Humahuaca ha funcionado como una continua vía donde ha acontecido un caudal de interacciones a nivel cultural, comercial, económico, social, etc… Desde las instalación de los primeros pueblos cazadores, pasando por ser ruta de los Incas antes de la Conquista, hasta vía del comercio entre Potosí (Bolivia) y el Río de la Plata, a través del Camino Real.

Un verdadero dinamismo cultural en perpetuo tránsito a través de la ruta. Un tránsito que me cautiva.

La Quebrada de Humahuaca sigue siendo un lugar donde me gustaría regresar de nuevo. Todavía hay lugares recónditos por descubrir.

La Pachamama

Son las 9 h de la mañana de un gélido sábado de agosto. El cielo pareciera ocultar el sol entre los grises nubarrones que se desplazan a través de los cerros. Presagian llovizna. Escoltan el sosiego.
Estoy frente a la despensa de Liliana, en Tumbaya (Quebrada de Humahuaca -noroeste de Argentina-). La despensa, situada al costado de la ruta, es el punto de encuentro para ir a la ceremonia de la Pachamama en el primer calvario, primer paraje de Higueritas, que pertenece a la comunidad de Punta Corral.

Llegan Felipe Torres, el presidente de la Comisión aborigen de Punta Corral, su hija y un ingeniero que está trabajando en un proyecto para la comunidad. Emprendemos el camino hasta llegar a Higueritas.

Es la primera vez que asisto a un ritual de la Pachamama.

La ceremonia de la Pachamama es una práctica milenaria que se extiende en toda la región Andina, destinada a propiciar la fertilidad de la tierra. La Pacha es la tierra. La Pachamama es la Madre Naturaleza, aunque su significado original tiene diversas resonancias, según el idioma y la cultura, pero con el paso del tiempo fue derivando hacia un significado común y universal: La Madre Tierra. La Madre y la Tierra que produce cultivos y alimenta a los humanos.

El día 1 de agosto señala el inicio del año agrícola en los Andes centro-meridionales y durante todo el mes “se le da de comer a la tierra”. Agosto, la tierra hambrienta. Agosto, la tierra abierta. Todos los senderos del mal hierven en la tierra y durante el sagrado mes hay que ofrecerle todo, nutrir sus entrañas, ahuyentar los males. Es el momento de la fecundación.

Llegamos a Higueritas y empieza una misa en la capilla. Voy a saludar a Julia, que vive con su marido Naldo, en la casa que está al lado de la capilla. Ellos me invitaron la semana pasada al ritual de la Pachamama. Una vez termina la misa, salen con la virgen, mientras los sikuris acompañan la atmósfera con su música. Retornan la virgen a la capilla y empieza la ceremonia al frente de la misma.

Me preparo para observar y retener en mi memoria todos los pasos a seguir. Siento una enorme curiosidad por participar en esta ceremonia. Una curiosidad respetuosa con el ritual. Sin embargo, resulta difícil llegar a una comunidad de manera libre y habiendo sido invitada, ya que, son rituales íntimos, comunitarios y puertas adentro. En más de una ocasión se hacen públicos y pueden asistir extranjeros pero lamentablemente la ceremonia pierde su sentido puro y original, convirtiéndose en una representación escénica, con ciertos aspectos agregados de cara al turista.
Tengo la suerte de haber sido invitada por la comunidad y para mí es realmente un honor asistir a la ceremonia. Me cuido de pecar ser imprudente. Camino con cautela.

Mientras cavan un hoyo bien profundo en la tierra siempre mirando a la salida del sol, reparten vino tinto y hojas de coca. Antes de beber el vino, se da de beber a la tierra, dejando caer un poco de vino en la tierra, luego se bebe todo de una vez. Las hojas de coca se mastican, es decir se “coquea”.
De mientras la música sigue acompañando la ceremonia y cada uno invoca en silencio.

El jefe de ceremonias es Pablo Galiano (conocido como Don Yogurt) quién me indica amablemente todos los pasos a seguir y me explica el significado de cada uno de ellos.

Alrededor del hoyo están dispuestas todas las ofrendas (bebidas alcohólicas, coca-cola, semillas, carne, chicha –cerveza de maíz-, hojas de coca, etc…), diversos objetos de culto y el incienso prendido que embriaga el ritual.

Se reparten los cigarrillos para que todos fumemos con la Pacha y luego los enclavamos en la tierra alrededor del hoyo, en función de su consumo, la tierra murmura, presagia.


Mientras se prenden las brasas para elevar la tierra y darle fuerza, seguimos fumando (la práctica de fumar tabaco colectivamente es bastante común) y bebiendo.

Empezamos a ofrendar con mucho respeto, arrodillados frente al hoyo de dos en dos. Todas las ofrendas se consuman con las dos manos. Primero se arrojan las hojas de coca y el agua bendita. Luego las bebidas alcohólicas, licor, vino y coca-cola. Seguido de semillas, carne, galletas. A continuación la chicha, para finalizar con un brindis entre las dos personas que ofrendan y una oración o un buen presagio para el año.

Al finalizar se reza un Padre Nuestro y se cubre de nuevo el hoyo. La tierra ya está alimentada, satisfecha, saciada. A partir de ahora se seguirá trabajando en ella, sembrando, cultivando y anhelando gozar de un provechoso año.

Hasta el próximo mes sagrado, hasta el próximo mes de agosto.

Después de esta descripción, quizá asombrará el hecho de rezar un Padre Nuestro a lo largo de la ceremonia, de señarse como cualquier cristiano, de convocar una misa y rendir culto a la Virgen antes de la misma. La Pachamama es una deidad andina y pagana pero la asimilación “impuesta” de elementos cristianos, después de la Conquista, confiere un verdadero sincretismo aceptado socialmente, hasta el punto que hoy en día, el ritual milenario de la Pachamama sustenta una indudable unión con la fe católica. E incluso, por su feminidad, se ha fusionado con el culto a la Virgen María.

La Pacha, la Virgen María, los santos, el lenguaje de los cerros, la señal de la cruz, la cosmovisión andina y el catolicismo. No existen confrontaciones sino que forma parte de un proceso histórico asimilado desde antaño y cuando les pregunto sobre este tema, me observan con extrañeza. Es así, una transmisión de padres a hijos, los cultos ancestrales y andinos impregnados de la santa cruz.



La tierra está sensible. La tierra está en paz, se alejan todos los males. Reposa para empezar a trabajar. Se inicia el ciclo.

Siendo extranjera, me trataron como una más. Simplemente gracias por la invitación.

Estas experiencias jamás se olvidan. Les deseo un abundante y dichoso año.

Nordeste de Argentina

Emprendo mi viaje rumbo al nordeste de Argentina. La idea es visitar las provincias de Corrientes, Chaco y Misiones, y entrevistar a profesionales de la cultura, antropólogos, profesionales que trabajan con comunidades guaraníes y personas que integran la propia comunidad.

Cualquier conversación es válida, activo una suerte de radar que envuelve todos mis sentidos. Palabras y miradas que intento absorver con la finalidad de ser lo más objetiva posible (tarea complicada).

Avanzo lentamente entre tierras y campos verdes, abastecidos por la humedad y el calor que se aposenta en mi piel. Estoy frente a las puertas del invierno. Cuanto más al nordeste, más húmedo.

Las personas que conozco a lo largo de estas semanas acrecientan mi adoración por Argentina y ahora en concreto, por estas tierras chaqueñas, correntinas y misioneras, que estoy conociendo con más profundidad.


En busca de la tierra sin mal (indígenas "guaraníes")

Los guaraníes son descendientes de los indígenas que vivían en el norte de la América del Sur, originarios de la zona amazónica, fueron invadiendo el territorio y se extendieron desde el río de la Plata hasta el Amazonas, ocupando todo el litoral Atlántico.

Los guaraníes son conocedores natos de los misterios de la selva, de las plantas y animales. Eran semi-nómades (o itinerantes), cuando terminaban sus cultivos en las tierras selváticas se trasladaban a otro lugar. Por lo tanto no se conservan vestigios materiales, la cultura guaraní es básicamente intangible. Su nomadismo se regía por su ferviente creencia en la "tierra sin mal", una suerte de paraíso terrenal donde se podía acceder en vida.

Cuando llegaron los jesuitas a fines del siglo XVI fueron evangelizados en reducciones. Se conservan misiones jesuíticas donde los guaraníes trabajaban junto con los misioneros, estudiaban artes y música, de hecho no tuvieron otra opción: la evangelización (protegidos por "Dios") o la muerte o, en el mejor de los casos, la esclavitud. Y es acá donde se encontraron dos culturas opuestas, la cristiana y humanista, y la cultura guaraní, semi-nòmade y con una cosmovisión repleta de riqueza espiritual.



El idioma goza de una gran riqueza y giros armoniosos, la lengua guaraní es el alma y su vínculo el Creador y con la tierra. La gran fuerza de este idioma ha provocado su permanencia hasta la actualidad, es lengua co-oficial en Paraguay, y ha sido postulado para que sea declarado patrimonio cultural intagible por la UNESCO.

Actualmente los guaraníes viven o sobreviven en Paraguay, en el sur de Brasil, en el oriente boliviano, la provincia de Misiones y Salta y Jujuy (zona de las yungas) en Argentina.

Los guaraníes en Misiones (provincia argentina, fronteriza con Paraguay y Brasil)

Actualmente, según fuentes de Salud Pública, hay 84 comunidades guaraníes en la provincia de Misiones, unos 5.000 guaraníes (hay muchos sin "documentos"). Algunos aborígenes habitan al costado de la ruta, en condiciones infrahumanas. Hay muchos niños, hay un alto índice de mortalidad infantil. Las condiciones son insalubres, hay hambre. Los más afortunados y menos contaminados por las prácticas y vicios del hombre blanco habitan en el interior de estas tierras pre-selváticas.

Hay recursos, sí, hay recursos gubernamentales, también hay amiguismo y caciques vendidos al hombre blanco por riquezas materiales. Hay personas que luchan por los derechos de los guaraníes, hay jóvenes guaraníes que luchan por seguir en la universidad (0,1%) para lograr ser profesionales en antropología, educación, etc...
Existen prejuicios y profesores blancos de las escuelas de las aldeas aborígenes que son discriminados por sus propios colegas.

Los guaraníes viven de la naturaleza. Viven, se alimentan y creen religiosamente en ella. El Estado les roba las tierras que durante siglos fueron productivas. El Estado vende las tierras con los aborígenes dentro, a empresas multinacionales y las tierras fallecen lentamente. Una muerte golpeada cruelmente por la plantación artificial de pinos que absorve todos los nutrientes de la tierra. Talan los árboles, venden la madera y los vuelven a plantar, de mientras, los aborígenes se mueren de hambre, se quedan sin nada, sin su gran tesoro: la madre tierra.

Una vez al mes pasa un camión por las comunidades y las abastece con alimentos, los más afortunados tienen un médico que los visita una vez a la semana? al mes? la medicina ya no es la misma....y una escuela que cuenta con materiales, a veces comprados por los mismos maestros. ¿No hay recursos para las poblaciones indígenas? ¿Hay recursos y van a parar a bolsillos ajenos? No hay política de Estado para la población aborígen, organizaciones no gubernamentales y eclesiásticas están implicadas, pero los proyectos terminan y los recursos desaparecen como por arte de magia, a todo esto se suman los intereses de algunas de estas organizaciones. Las políticas y proyectos asistencialistas prevalecen.

Hay tantas cosas, experiencias, diversas visiones de una misma realidad, contradicciones....que me gustaría contar! pero esta bitácora correría el riesgo de convertirse en un escrito mucho más denso, así que lo guardo acá dentro para seguir trabajando y aprendiendo de ello....

Links sobre la problemática de las tierras aborígenes en Misiones:

http://argentina.indymedia.org/news/2007/06/525399.php

http://argentina.indymedia.org/news/2006/10/454675.php

http://www.radiomundoreal.fm/rmr/?q=node/5693

foto 1: tierra misionera, la tierra colorada; foto 2: ruina misiones jesuiticas San Ignacio; foto 3: entrada a San Ignacio


Visita efímera a Paraguay

Viajo a Asunción para asistir a las III Jornadas del MERCOSUR sobre Patrimonio Intangible // II Encuentro del MERCOSUR con los Depositarios Fundamentales de la Cultura Guaraní y finalmente al Encuentro Fundacional de la Región Compartida AR-PA.

Frontera Posadas (Argentina)-Encarnación (Paraguay).
El colectivo se detiene y mientras los pasajeros atendemos los trámites fronterizos correspondientes, desde la ventana observo una gran cantidad de personas acumuladas en la puerta del colectivo. Venden relojes, perfumes, cámaras de fotos. Todo es contrabando. Ya estamos en Paraguay, un diminuto país del que nadie se acuerda, ubicado entre dos grandes monstruos: Brasil y Argentina, y fronterizo al norte con Bolivia.

La situación es realmente cómica, decido bajar y mientras fumo un cigarillo, me siento presionada por los vendedores que muestran una excesiva insistencia por vender sus artículos, al final termino riendo y haciendo amigos.

Llego a Asunción un feriado (por el chaco paraguayo). Jamás había visto un feriado con tan poca vida, por no decir nula. Las almas se esconden, los comercios cierran, las calles están desiertas y silenciosas. Una decadencia reina en la ciudad, esta vez no desprende aires de romanticismo, es una decadencia deprimente. Me dan ganas de salir corriendo. Decido parar y escribir en una cafetería que, por suerte, está abierta. Y es así como mis ojos observan la nada y entre la nada, unas chiquitas de apenas 15 años que suben a un auto mercedes benz, acompañadas de dos hombretones gordos, mirada pervertida, camisa abierta y pecho baboso. Ellas se ríen, ellos babean y mis vómitos se reproducen.

Sé, sabemos que existe en todos los lugares del mundo (ídem en barcelona) y se incrementa en sociedades y/o barrios más empobrecidos, pero no deja de removerme las vísceras...

Paraguay, un país destruido, golpeado por grandes lanzas punzantes. Un país que en un pasado remoto gozó de una riqueza, fue la guerra de la Triple Alianza (1865-70), una coalición conformada por Brasil, Argentina, Uruguay, y promovida por Inglaterra, la que aniquiló a Paraguay, jamás volvió a levantar cabeza...

No tengo mucho tiempo para conocer Asunción ya que estoy encerrada todos los días en los encuentros que nutrieron mis conocimientos sobre cultura guaraní. Sin embargo, me voy con una sensación triste y decepcionante, ya que tuve la suerte, y al mismo tiempo, la desgracia de ser testimonio de diversos actos de discriminación hacia los guaraníes, precisamente en un encuentro destinado a los Depositarios Fundamentales de Cultura Guaraní, pero no organizado por ellos, obvio.
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III Jornadas del MERCOSUR sobre Patrimonio Intangible
II Encuentro del MERCOSUR con los Depositarios Fundamentales de la Cultura Guaraní.

13, 14 y 15 de Junio de 2007
Asunción – Paraguay
La otra cara de la moneda

Bajo el lema “Nuevas miradas descolonizadoras desde las sabidurías insurgentes” da inicio el II Encuentro del MERCOSUR con los Depositarios Fundamentales de la Cultura Guaraní.

El auditorio del centro PRODEPA Ko´e Pyahu está plagado de gente. Una tarima está dispuesta al frente de los asistentes, lugar donde los disertantes realizarán sus ponencias. Al costado de ésta están ubicados todos los guaraníes y el resto de público se encuentra distribuido por todo el auditorio.

1ª Observación: Separación drástica entre los guaraníes y el resto de público.

De acuerdo que el encuentro está destinado a los Depositarios Fundamentales de la Cultura Guaraní. Sin embargo, creo que se podría haber hecho una distribución más equitativa. Primer indicio de exacerbación de la diferencia. Los indígenas y los blancos. Ellos y nosotros. Nosotros y ellos.
La apertura del encuentro se caracteriza por ser extremadamente protocolar hasta el punto que sólo se escuchan nombres, frases cortas de agradecimiento y aplausos durante toda la mañana, para finalizar en actos musicales.

2ª Observación: No hay traducción de castellano a guaraní.
Sí hay traducción de guaraní a castellano, realizada por una única persona que termina de traducir de manera fragmentada todos los comentarios de los guaraníes.

A lo largo de todo el encuentro la problemática de la traducción seguirá aconteciendo. Todas las ponencias son en castellano.

Asimismo, continuará la división entre guaraníes y blancos. La distribución diferencial de las mesas de debate es de la siguiente manera: por las mañanas, intelectuales y profesionales blancos que desarrollan su labor con los guaraníes discurren acerca de la identidad, el patrimonio intangible, las políticas culturales, nuevas miradas antropológicas, etc. Únicamente Ángel Yandura, sociólogo guaraní de Bolivia, Presidente de la Academia de Historia y Cultura Guaraní, tiene el “honor” de participar en una de estas mesas de debate matinales.

Por las tardes, asistimos al Diálogo Intercultural entre los Padres y las Madres Guaraníes.

3ª Observación: Por las mañanas: ponencias de intelectuales sin traducción al guaraní.
Por las tardes: diálogo entre los guaraníes sin traducción al castellano.

¿Cómo se entiende que en el transcurso de un encuentro destinado a guaraníes, a su lengua y cultura, se distribuyan de manera tan discriminatoria las mesas de debate? ¿Cómo se entiende el diálogo intercultural sólo entre guaraníes, cuando la interculturalidad acontece entre varias culturas que se encuentran? Para lograr el entendimiento entre culturas, el diálogo y la discusión, es fundamental el idioma, ¿Cómo lograr un diálogo sin traducción idiomática?


El segundo día del encuentro ocurre un percance bastante desagradable, los guaraníes que han venido de sus comunidades pernoctan en unas dependencias de la ciudad universitaria, a escasos metros del Centro Prodepa. La noticia de que tienen que desalojar el lugar es recibida con asombro e indignación.

4ª Observación: Ausencia de información clara y transparente. No hay explicaciones hasta que un grupo de personas asistentes al encuentro nos solidarizamos con los guaraníes y pedimos explicaciones del porqué del desalojo.

La razón del desalojo es la llegada de un grupo de canadienses (no se sabe de donde, ni como, ni porqué). Simplemente los guaraníes se tienen que ir.

La protesta se inicia interrumpiendo el encuentro, llamadas a los medios de comunicación y explicaciones triviales del Ministro de la Secretaria Nacional de Cultura.

La exaltación de la diferencia aumenta la brecha entre el indígena y el blanco, causando enormes estragos, y las cosas no cambiaran si se siguen realizando encuentros de este tipo “para los indígenas” pero “sin los indígenas” aunque estén presentes en el encuentro.

Los guaraníes están expuestos como un circo. Una presencia exótica.

Paralelamente a la celebración del encuentro, una gran cantidad de guaraníes acampan en la Plaza Italia del centro de Asunción, reclamando el derecho a la tierra.

http://argentina.indymedia.org/news/2007/07/532224.php

***Una crónica que, como muchas otras, refleja una realidad. Después de estas líneas, el lector es libre de emitir sus comentarios. Simplemente es un testimonio.


La vuelta a Misiones

Mi vuelta a Misiones se nutre de encuentros con algunas comunidades Mbyá Guaraní. Gracias a Hugo, antropólogo social que me acompaña a las comunidades, me adentro con cautela y atisbo rozar levemente ápices de su realidad. Emprendemos divinos viajes por la tierra colorada, envueltos de un silencio misterioso. Misiones aparece bañada por vientos brasileños y paraguayos, pareciera un apéndice en el mapa de Argentina.


Carreteras abrigadas por una exuberante naturaleza y enormes camiones cargados de madera nativa. Hermosos árboles, arrancados del monte, vidas truncadas en seco, son las víctimas de semejante atrocidad. Corazón convulsionado y piel erizada.
El patrimonio cultural de las comunidades Mbyá Guaraní se está perdiendo a pasos agigantados, porque viven/vivían en un medio de exuberante naturaleza, por lo tanto la deforestación acelera la pérdida de la prácticas que se realizaban mediante la disponibilidad de los recursos naturales.

Actualmente la población Mbyá Guaraní tiene tremendas dificultades para desarrollarse en un medio que la empuja de manera visceral hacia la marginalidad.

Habiendo visto las injusticias a la cuales está sometida la etnia Mbyá Guaraní y la transparencia de una compleja realidad en la cuál está sumergida, removida desde antaño por intereses ajenos, nutrida por un sinfín de contradicciones que no permiten avanzar el desarrollo de las comunidades en la sociedad actual, queda lejos de mi pretensión hacer un análisis en esta bitácora, la complejidad del mismo convertiría a la bitácora en interminable, simplemente destilo ínfimas pinceladas de una realidad que caminan hacia reflexiones, y es así como empezaran a adquirir cuerpo…


En esta bitácora me permito la licencia de no describir mis vivencias, y quizá diste de ser una bitácora. Me gustaría agradecer a todas las personas que contribuyeron a que mi estadía fuera placentera, aunque sea con simples palabras, aunque jamás las lean, espero que el viento las haga viajar y que arriben en forma de suaves brisas.

Gracias a todos las personas que conocí durante estos días a todos los humanos que me regalaron un poquito de su tiempo y me saludaron con una sonrisa, y me abrigaron con su mirada.



(a las comunidades de Kuña Pirú, Fracanc, Tekoa Arandú, Fortín Mbororé, Yriapú, Marangatú; a los docentes de las escuelas de las comunidades (Rodolfo, Deisy, Mónica, Héctor, Angelica, Gloria, Valeria, Silvia; a la productora de Oberá (Axel, Lorena, Germán…; a Café, Ana, Katy, Hugo... gracias a los antropólogos y profesionales que trabajan con las comunidades mbyá guaraní y a tod@s los que no nombro pero sé que están aquí)

Junio 2007

(foto 2: hugo arce)






Los rostros de Buenos Aires. (Miradas fragmentadas de una extranjera)

Quien desee visitar Buenos Aires y tenga la suerte de poder elegir su medio transporte en la ciudad, me permito hacer una sugerencia: “¡no tomar el subte (metro) en la hora punta!”, ya que en dos ocasiones me siento sumergida en un asfixiante hormiguero donde el aire que respiro es sudor humano y mi cuerpo se siente apabullado por el resto de cuerpos.

Mi próximo movimiento: un súbito salto al aire. Me alejo. Huyo de ese viaje que nos conduce a la deriva.

Limpio de mi cuerpo los rastros de esa sensación claustrofóbica, entre sudor y monotonía, ¡qué angustiosa mezcla!. Me convierto en una adicta al colectivo (bus), la clave para todos los desplazamientos en Buenos Aires.
Existe una gran red de transporte “colectivera”, manejada por conductores que no tienen ningún reparo en cerrar la puerta en las narices de una servidora o que hacen caso omiso a mi pregunta por una calle determinada (también encontré a muchos colectiveros amables, ¡no me maten los porteños!). ¡Es el estrés de la urbe!. Así que mis idas y vueltas se ven acompañadas por una suerte de intuición por adivinar cuál será mi parada. Perdida, perdida intentando no caer, agarrada a todo lo que puedo, pareciera estar en un “rally”.


Los colectivos te llevan a cualquier rincón de la ciudad y funcionan toda la noche, aunque reconozco que más de una vez terminé caminando innumerables cuadras por pereza a buscar el colectivo en mi guía T (guía callejera) y preguntar y liarme aún más o por no sentir otra vez que estoy en el maldito hormiguero. En Buenos Aires se camina y mucho, aunque tenga que esquivar esos cuerpos que se dirigen a lugares comunes, que no respiran, simplemente se desenvuelven de manera automática en la calle Florida, en la Avenida Corrientes, Avenida Córdoba etc… Por momentos mi cuerpo termina convirtiéndose en uno de ellos y no puedo controlar sus movimientos que desprenden pinceladas agresivas.


Prefiero cambiar de barrio. Me encanta caminar por las calles del barrio de Palermo, calles anchas y tranquilas, salvo los fines de semana que está la feria en los bares de la plaza Serrano, y salvo las noches que se plaga de multitudes, se asemeja a El Raval o el Borne (en Barcelona), cantidad de restaurantes, movida nocturna. Pas mal.
Me quedo definitivamente con el barrio de San Telmo, donde se respira el espíritu tanguero y sus calles ansían ser catapultadas en la memoria de cualquier persona que desee deleitarse en ellas. La nostalgia por aquello que ya fue impregna la atmósfera y con un poco de esfuerzo, logro ser impregnada yo también, sin que sea aturdida por la gran multitud turística que aparece los domingos entre anticuarios y cantores, bailarines de tango, teatreros de cualquier índole… Descubro el Trío Gótico y permanezco hipnotizada ante su música, a ratos tanguera, a ratos española. Absolutamente hipnotizada.


No terminaré esta bitácora sin aludir a un lugar que atrapó definitivamente mis sentidos, un lugar alejado de la urbe, donde no existe el tiempo: las islas del Delta, en el Tigre (zona norte de la provinica de BsAs). Pareciera mentira que tan sólo a una hora de la capital, pueda existir este lugar, a unos veinte minutos del turismo “dominguero” de la ciudad del Tigre.

Nico y su pasión por las islas del Delta me conducena impregnarme de esa tranquilidad, mezcladas con dosis de salvajismo. Silencio, paseos entre naturaleza y palabras lanzadas al viento en guaraní (idioma de los indígenas guaraníes)que prolongan los susurros de los árboles. Nico me presenta a su tío que regenta una hostería, a Inés y Julián, los padres adoptivos de cualquier persona que pase por allá, divinos, la pasión desenfrenada de ella y la calma misteriosa de él.






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Anochece en Buenos Aires, las calles están plagadas de varios escombros entre los cuáles hurgan familias enteras. De vez en cuando, veo camionetas estacionadas en las esquinas esperando ser repletas de cartones y de cualquier cosa susceptible a ser reciclada y/o ingerida por bocas hambrientas. Los cartoneros ya están naturalizados en la postal de Buenos Aires.

Volvemos a nuestras casas por la noche, huyendo del frío, mientras una familia se construye una casa de cartón en la entrada a un comercio.

Como gran capital latinoamericana, la pobreza persiste y la exclusión social aumenta, interactúa con los divinos barrios como Palermo, con las galerías y negocios intocables de Recoleta en cuyas calles atisbo como unos diez perros conducidos por el paseador de perros (un trabajo como cualquier otro).



Buenos Aires. Ciudad de contrastes. Estética y culto por el cuerpo. Buscando la perfección, la belleza de las musas. Población infantil hambrienta con cartones como lecho. Aún así, hay una consciencia y me sorprende cuando en el subte o en el colectivo entra alguien a vender pegatinas, cintas para el cabello, cuadernos, etc… o alguien actúa o canta. Y la gran mayoría busca en sus bolsillos con la intención de regalar una moneda. Remarqué este hecho en mi primera estadía y ahora lo corroboro. En Europa, o al menos, en España, en Barcelona no es así. Un mínimo porcentaje de gente hurga en sus bolsillos. Y me pregunto ¿será consciencia?

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Buenos Aires alardea de infinitos rostros, miradas complejas, es un monstruo contradictorio e inabarcable. Necesitaría años para poder degustarlos y viajar a través de sus arterias, y es fácil imaginar que de ganas tengo… pero de momento vivo el presente y curioseo lo que puedo.

Me preparo para viajar al noreste de Argentina y luego a Paraguay, con el objetivo de seguir la investigación sobre el itinerario cultural de los guaraníes. ¡Nos vemos en la ruta!
"Nada ansío de nada mientras dura el instante de eternidad que es todo cuando no quiero nada".

Palabras encontradas en el baño de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires
En busca de su autor/a...

Lost in Buenos Aires... reencontrada en Córdoba

Primeros días en Buenos Aires, primeras sensaciones

Amanece pesada, húmeda y gris. La capital de la República Argentina me abre sus brazos con un cierto aire familiar pero observa detenidamente mis pasos, sin atreverse a preguntarme hacia donde voy. Está esperando un saludo de mi parte, unas palabras que no llegan y yo atiendo su mirada, anhelando vientos cómplices.

Intensa y enigmática. Decadente. Europea. Revolucionaria y piquetera. Desesperada y valiente. Bella, bellísima. Laberíntica. Te odio y te deseo Buenos Aires.

Me siento perdida entre sus calles, dispuestas a engullir a cualquier alma despistada. Las inmensas avenidas que evocan a la monumental y romántica capital francesa se visten de innumerables personas que caminan apresuradamente. No intenten preguntar algún destino concreto, alguna calle cercana, porque tod@s andamos perdid@s. Simplemente deambulo. Admirando el caos. Aferrándome a él. Huyendo de la locura. De la desesperante sensación que Buenos Aires me puede atrapar entre sus garras con un simple parpadeo.

Esta vez no estoy de visita, esta vez permaneceré un tiempo. ¡Trátame bien querida!

Del 10 al 14 de mayo. Recuerdos del ayer. Un presente con preguntas.

Del caos urbano paso a la tranquilidad humana, en Córdoba. Cierto es que las miradas son relativas que todo, absolutamente todo, depende de nuestra procedencia y vivencias. Córdoba pareciera una aldea. Una aldea muy familiar. Una de mis casas, mi segunda casa. Jamás me gustó la ciudad de Córdoba y sostengo esta opinión. Sin embargo, el calor humano, que envuelve mi presencia, es realmente confortable. Como si el tiempo se hubiese detenido. Sólo pasaron ocho meses. Como si jamás me hubiese ido.
A veces la mente pareciera un hervidero de imágenes, recuerdos, personas… la memoria me traiciona de manera insistente en los últimos tiempos, pero no es obstáculo para que se reproduzcan vivencias, como si de secuencias se tratara, a cámara lenta. Contemplo la ciudad, y cuando me reflejo en ella, observo que se empieza a dibujar una sonrisa simultánea, no logro ver quién sonríe primero. Ella o yo.

Reconozco en ella a una Mireia, o Mire como me llaman acá la gran mayoría. Su cotidiano en Córdoba, sus escapadas por el continente nutrieron durante dos años una realidad, y múltiples también, alejada de la suya… hasta el punto que se siente de varios lugares al mismo tiempo. Peligrosa sensación que se ve astillada suavemente por sus raíces que emiten gritos de desespero, intentan atraparla y ella quiere y no quiere. Preguntas. ¿Respuestas?

Días intensos, tranquilos. Días de reencuentros. Conversaciones actualizadas y abrazos sentidos. Días familiares, días de amigos.

Sí, jamás me gustó Córdoba, pero es ella, es Córdoba y siempre, siempre, estarás dentro. Por mucho tiempo que pase, por muchos lugares donde viva, por muchos viajes que haga y por mucha gente que conozca.

Próximo destino: Argentina

Deseo, me duele, me emociono, huyo, lloro, descubro, extraño, vuelvo, me reencuentro, me conecto y me desconecto...

Vuelo y camino hacia adelante y vuelvo atrás y camino de nuevo y el camino se transforma ...

Las despedidas se clavan acá dentro pero vuelven en forma de reencuentros o quizá nunca vuelven y se catapultan en ese momento, transformado en eterno. A veces siento que me acostumbro, a veces siento que no quiero despedirme más, aunque a estas alturas ya es inevitable... Las despedidas forman parte del transcurrir del tiempo.

El 2 de mayo de nuevo embarcaré mis valijas y partiré hacia Argentina!, donde estaré unos 4 meses, en esta ocasión con un proyecto de la universidad.
Viviendo y transitando entre Buenos Aires, el noreste y el noroeste...caminando hacia territorios fronterizos... ya sabéis que Córdoba también entra en mis planes.

Seguiré acá, conectada on-line, intentaré volver a la carga con las bitácoras y el blog seguirá latente deseando ser acompañado por vosotr@s... y sentir que la red continua vibrando, que me alimento de vuestras ausencias presentes y de las presencias que reencuentro.

A algunos les perdí la pista, otros me la perdieron a mí. Estáis aquí, estáis allí, anclados en cualquier lugar de la tierra, deambulando, y también hay unos cuántos viajando por ahí.
Abril 2007

¿Para qué sirve la utopía?... Eduardo Galeano

Sé que las palabras que vienen a continuación son universalmente célebres, me atrevería a decir que ya viajaron por muchas almas, fueron nombradas por muchas bocas y escritas incontables veces. Quizá no es nada novedoso citar a Galeano pero ahí va:

"Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar."
Eduardo Galeano

Todo un placer para mí que este espacio virtual se impregne de tus palabras y que quién las lea camine un poco más.

encontraréis a eduardo galeano en cualquier lugar, un link entre muchos: http://www.escritores.org/galeano.htm

Viajes a los sueños polares

Hoy, en un día de lluvia, las lágrimas inundan la ciudad y arrebatan el sol en una primavera que empezó invernal. Barcelona amanece pesada y expulsa mi cuerpo de sus calles. Desde mi refugio, evoco lugares ya transitados e imagino otros que me atienden, sin exigirme tiempo. Viajo un poco, sólo un poquito. Siempre es bueno descubrir otras formas de viajar, de moverse internamente y que las sensaciones provoquen disparadores sin conocer el destino.

Hoy, así, sin más, mi anhelo es caminar…

Espero que disfrutéis este viaje al infinito -un sueño, un deseo, una utopía, o quizá una realidad-:

“Viajes a los sueños polares”. Family

Cuando pesen demasiado
La rutina, el trabajo y la vida en la ciudad
Nos iremos en un viaje infinito
Con esa tonta sensación de libertad

Hacia el fondo de ese mundo
Del que me has hablado tanto
Paraíso de glaciares y de bosques polares
Donde miedos y temores se convierten en paisajes
De infinitos abedules de hermosura incomparable

Dibujamos sobre un mapa imaginario
Autopistas de gran velocidad
Nos invade una ilusión desconocida
Y nuestra intención es avanzar

Hacia el fondo de ese mundo
Del que me has hablado tanto
Paraíso de glaciares y de bosques polares
Donde miedos y temores se convierten en paisajes
De infinitos abedules de hermosura incomparable
Donde siempre te querré

(foto: mariona guiu)

Cayó en mis manos "La luna nómada" de Leonardo Valencia

Atraída por el título, no dudé en comprarlo. Reconozco que más de una vez compré un libro porque el título despertó en mí alguna sensación, y, en este caso, esas dos palabras fueron determinantes.

Luna y nomadismo. C´est tout.

Y dos citas que aparecen en él:

“El siniestro espíritu del cosmopolita: esa consecuencia poco confortable de haber conocido muchas tierras y no sentirse en casa en ninguna”, Henry James

“No sentirse en casa en ninguna parte pero sentirse bien casi en todos los sitios”, Georges Perec

Cuando nombro ciertas palabras tales como raíz u origen realmente me atemoriza. El peso de las mismas es tan contundente que caen en seco al suelo, a la tierra. Como si un ladrillo fuera lanzado con fuerza. Y anhelo tocar la tierra, desplazarme sin apenas ser elevada, pero algo me impide seguir caminando. Un golpe de viento traspasa de manera súbita mi cuerpo, y éste se convierte en algodón. Y el algodón se deshace y es entonces cuando empieza a volar y, de repente, los pedacitos de algodón se posan en varios lugares, en varias tierras.

Me elevo y en el instante más inesperado caigo en seco a la tierra.

Recupero mis raíces, esté donde esté. Pero el vuelo es tan acelerado, tan siniestro y tan arrebatador que las raíces empiezan a diluirse… y mis casas se multiplican.
Y las “mis” pasan a ser “las”.
Y las miradas ya no son las mismas.
Y ahora existen contrastes.

Los pedacitos de algodón se desplazan sin rumbo. Rojo, violeta, azul, amarillo, negro atrapan los pedacitos. Los colores ya no se van más.
Marzo´07

Fotografía tomada en la parte trasera de una camioneta que nos llevó a Cabo Polonio (Uruguay), un lugar perdido... en julio 2006, invierno en Sudamérica.

"Nomadismo e itinerancia , de regreso al no lugar". Caterine Galaz

"El término nomadismo se utiliza comúnmente para referirse a un tipo de vida que se caracteriza por la errancia permanente y la deambulación territorial. Sin embargo, ya algunas perspectivas teóricas comienzan a utilizar la idea de nomadismo como una metáfora que posibilite referirse al tránsito y al cambio permanente, al no lugar fijo, no sólo a nivel geográfico sino también en las formas de pensamiento, de sentimientos y de valores. La idea de nomadismo está relacionada con el deseo antropológico de libertad y movimiento de cada persona, que le lleva a navegar en su identidad a través del tiempo, e incluso a transgredir las normas sociales.
Una de estas voces es Michael Maffesoli, profesor de la Universidad de La Sorbona, quien destaca la disconformidad que manifiestan algunas personas dentro del sistema mundial para aceptar tener un sólo espacio en la vida, sea este entendido como un solo domicilio, o bien como identidad profesional, sexual o cultural, una postura ideológica o la visión tradicional de familia. Así existirían personas que optan por posiciones más abiertas a los cambios o a la movilidad en estos aspectos.

El orden y el intento de difundir un único pensamiento sociocultural como realidad aceptable, dejando afuera de lo que se considera como "normal" a otras expresiones, llevaría a que ciertos grupos de personas sintieran y respondieran a contracorriente, con actuaciones que los liberen de esos espacios fijos y cerrados.

Esas personas son los «nuevos nómades» dentro de un sistema de pensamiento que les coarta su expresión. Es una forma de escape del cuerpo y además de la razón ante el creciente deseo de mudanza."