Cayó en mis manos "La luna nómada" de Leonardo Valencia

Atraída por el título, no dudé en comprarlo. Reconozco que más de una vez compré un libro porque el título despertó en mí alguna sensación, y, en este caso, esas dos palabras fueron determinantes.

Luna y nomadismo. C´est tout.

Y dos citas que aparecen en él:

“El siniestro espíritu del cosmopolita: esa consecuencia poco confortable de haber conocido muchas tierras y no sentirse en casa en ninguna”, Henry James

“No sentirse en casa en ninguna parte pero sentirse bien casi en todos los sitios”, Georges Perec

Cuando nombro ciertas palabras tales como raíz u origen realmente me atemoriza. El peso de las mismas es tan contundente que caen en seco al suelo, a la tierra. Como si un ladrillo fuera lanzado con fuerza. Y anhelo tocar la tierra, desplazarme sin apenas ser elevada, pero algo me impide seguir caminando. Un golpe de viento traspasa de manera súbita mi cuerpo, y éste se convierte en algodón. Y el algodón se deshace y es entonces cuando empieza a volar y, de repente, los pedacitos de algodón se posan en varios lugares, en varias tierras.

Me elevo y en el instante más inesperado caigo en seco a la tierra.

Recupero mis raíces, esté donde esté. Pero el vuelo es tan acelerado, tan siniestro y tan arrebatador que las raíces empiezan a diluirse… y mis casas se multiplican.
Y las “mis” pasan a ser “las”.
Y las miradas ya no son las mismas.
Y ahora existen contrastes.

Los pedacitos de algodón se desplazan sin rumbo. Rojo, violeta, azul, amarillo, negro atrapan los pedacitos. Los colores ya no se van más.
Marzo´07

2 comentarios:

montsevives dijo...

Molt bé Mireia segueix escrivint, tu ets la lluna nòmada. Segueix brillant...

montse vives

El sereno de los faros dijo...

bonita mirada de la luna.

beso,