"Viajar no es tan sólo moverse en el espacio. Más que eso, es acomodar el espíritu, predisponer el alma y aprender de nuevo". Ortega y Gasset

Una vez escuché que el que se va ya no es el mismo que cuando vuelve. Hace un año y un poco más que “volví” y quizá este blog también se interrumpió en la bitácora de mi último gran viaje latinoamericano. Desde entonces me he visto sumergida en una vuelta acelerada, en una nueva etapa con un aroma a transformación que ya se venía gestando, donde también se ha ido engendrando un pequeño viaje personal. El blog quedó desactualizado. Si bien gran parte de los escritos de este blog son bitácoras de viaje, también hay algunos textos que no se ciñen únicamente al desplazamiento físico, sino a la reflexión o simplemente al hecho de materializar mis pensamientos a través de las palabras. Es a partir de estos textos que me gustaría retomar este blog, después de un respiro considerable.

Dejo atrás una etapa que permanece aquí dentro. Si vuelvo a vivir en América Latina, cosa que me encantaría en cuanto surja la oportunidad, retomaré las bitácoras latinoamericanas. Quizá ha llegado el momento de reinventar mi escritura y de reflejar en ella un continuo desplazamiento, ausente de grandes travesías, por el momento. De mirar mi cotidiano y viajar a través de él, de las personas que me rodean, las relaciones que tengo con ellas y las historias de vida. De las cosas que pasan en el mundo, las alegres y las tristes, sobre todo las injustas. Del vivir el día a día. A veces los seres humanos tenemos esa ardiente necesidad de “llegar a”. Entusiasmados con el descubrimiento del destino final, nos interrogamos a lo largo del trayecto sobre un futuro que para tod@s es incierto. Es como un viaje que no sabemos como será el final, lo mismo para el paso de la vida.

La Ítaca, el puerto de llegada. La Ítaca idealizada y gloriosa, a veces nos enturbia el presente porque quizá no comprendemos que es en el viaje hacia Ítaca, en el “llegar a”, en la travesía, donde detrás de cada persona, cada experiencia, cada gesto, cada proyecto, cada mirada, se esconden las Ítacas. Al mismo tiempo, no debemos perder de vista la Ítaca final, las utopías que nos estimulan a caminar, el aprendizaje del camino. Darse la licencia de ver desde otros ángulos, a través de cristales ajenos, frente a diferentes espejos.

El volver de Ulises a su tierra querida y todo lo que vivió en su transcurso. El célebre y popularizado poema “Ítaca” de Konstantino Kavafis, sigue emocionándome. De vez en cuando, necesito dosis de su lectura.

Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes,
al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones ni a Cíclopes,
ni a fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no te engañará Ítaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Ítacas.



Nunca supe encontrar respuestas a mis preguntas lanzadas al viento, de modo que, un día hace ya un tiempo, decidí reunir todas estas preguntas en una misma habitación junto con otras peticiones misteriosas de la vida. Esa habitación se empezó a transformar con el tiempo, de repente, aparecían pizcas de claridad por la ventana, de repente oscurecía.

Y es así como las palabras siguen danzando sin rumbo. Intento alargar mi brazo para poder tocarlas en la oscuridad y apenas las rozo. Ahí están, sin poder tocarlas, ornamentan mi cuerpo. Son huellas encontradas en el camino que me transforman un poquito. Es así como vuelvo al hogar que ya no es el mismo que dejé atrás.

Entre las ausencias y los recuerdos

Los recuerdos son embellecidos con el tiempo sin tener la consciencia de que el maquillaje se queda adherido a ellos para siempre. A veces resulta difícil rescatar lo que realmente fue porque son las ausencias –a veces malditas- que estimulan el ensueño. La memoria nos traiciona con el incontrolable paso del tiempo y la imaginación se erige desesperada. Los recuerdos se presentan sin ser convocados y nos observan vigorosos, desafiantes. Es entonces que ante semejante provocación, las ausencias son cada vez más ausencias, el recuerdo es cada vez más bello y la memoria se transforma en nuestra eterna compañía.


Sin maletas ni pasaporte

Después de estos años desplazándome por América Latina, este verano apetece Barcelona. Viajo sin maletas ni pasaporte, es otra manera de viajar.

Quizá viajar es una manera de huir de nosotros mismos y reconocer aquello que manteníamos oculto o quizá descubrimos nuevos valores y perdemos otros en el camino. Huimos sin ser conscientes de que todo lo llevamos por dentro. Quién sabe… Siempre pensé que el viaje es una manera de conocerse a sí mismo.

Nos transformamos un poquito.

Insinúo esos viajes que estimulan a deslizar la mirada, curiosa, por todos lo rincones habidos y por haber, explorando esos ángulos que se perpetúan en tierras de nadie. Salen a flote inseguridades, fortalezas y posibilidades ignoradas.

Desplazarse, conocer, descubrir y vivir en otros lugares. Personas que durante un período de nuestras vidas -horas, días, meses o años- se convierten en nuestra familia. Amig@s, amantes, herman@s, madres y padres. Compartir conversaciones en las cuales nos gustaría cambiar el mundo.

Atravesamos fronteras y nos damos cuenta que esas fronteras que apenas se pueden ver, son las más reveladoras, las que se manifiestan en el cotidiano. En el viaje, en aquel lugar, en el no-lugar, en nuestra casa. Y es que creo que las fronteras culturales, las psicológicas, las invisibles, son las más complejas.

Cruzar fronteras nos incita a traspasar nuestros propios miedos y transitar entre los límites, ¿acaso impuestos por nosotros mismos?

Es tan reconfortante sentirse como en casa cuando no estamos en ella. Permanecemos desprendidos en el aire, capturados por un leve hilo que nos provoca nuestra vuelta a la tierra. Todo se transforma a nuestro alrededor porque somos nosotros los que le damos sentido y es nuestro sentido el que guía nuestras propias vidas.

Tal como manifestó Marcel Proust “Viajamos no para cambiar de lugar sino para cambiar de ideas”. Tal vez nos sentimos extraños cuando volvemos a nuestras casas, aunque el verdadero viajero jamás vuelve. Vuelve y se va, porque el tren del viajero jamás se detiene.

A veces es necesario fugarse, perderse un poco, alejarse… Hay humanos que no lo necesitan, otros no sabemos vivir sin explorar más allá... No es imprescindible tomar un avión y traspasar el océano, el nomadismo se vive día tras día.

Por el momento sigo desplazándome, esta vez no hay tierras extranjeras ni lejanos horizontes por descubrir. Ahora quizá sea yo un poco más extranjera.

Agosto 2008

Gracias a todos los que me acompañaron en una etapa de casi cuatro años, entre idas y vueltas, entre allí y aquí, casi cuatro años. Empezó un mes de julio de 2004. Ahora ya no sé si soy aquella que se fue. No me atrevo a contar los pedacitos que se desprenden de mi cuerpo. Y aprendo a vivir con lo que fui antes / durante / ahora. Quizá he cambiado de vagón y varios pedacitos se quedaron en él. El vagón del ayer. Otros siguen conmigo.

Aprendo a vivir un nomadismo interno. Me preparo para vivir este viaje en mi ciudad natal, después de unos meses de caminar palpando lentamente los reencuentros, el punto de partida empieza este mes de agosto caluroso.

Barcelona se paraliza, sin actividad frenética, será el momento de reflexión. Este temor de ser zambullida por mi ciudad me aterra, verdaderamente me aterra. Tan encantadora y maldita, Barcelona no me expulses esta vez.

La nostalgia del ayer gotea entre las imágenes que se proyectan en esta gran pantalla que es la memoria, se comen a bocados las unas a las otras, porque todas desean estar presentes.

Viviendo el presente, me exalto de placer por todo lo vivido, me estremezco de dolor por inevitables pérdidas, aquellas que permanecen en la burbuja del ayer, se quedaron allí intocables, me deleito entre partículas coloreadas que sustentan mi presente. Y vivo el presente. Cierro los ojos, tengo ganas de penetrar en un profundo sueño. Algo se movió aquí dentro, quizá me lo revele el sueño.
(Obra: Luz Novillo-Corvalán)

Vuelvo a Barcelona con sabor a Iemanjá. Tramo final: La isla de Boipeba.

Temo a las palabras cuando intento describir una sensación familiar y desconocida al mismo tiempo. Cuando vuelvo a un lugar que me hizo vibrar por dentro. Y mi piel se eriza de nuevo, y ya no existen letras con sentido. Van cayendo de a poco, se van perdiendo entre las aguas que abrigan esta isla sin reglas ni razón inteligible.

Hace tres años descubrí Boipeba. En este segundo viaje por Brasil quise volver. Después de conocer este paraíso, me sorprende como, cuando, y porqué lo visito de nuevo. Me encantó terminar el viaje “simbólicamente” en la isla porque para mí fue el final. Salvador y Río fueron los pasos siguientes para el descenso hacia Argentina.

Para llegar a la isla: Ferry desde Salvador a Bom Despacho (Isla de Itaparica) -1 hora-; de Bom Despacho a Valença en bus -2 horas-; de Valença a Boipeba, primero en bus -1´30h-, hace escala en Torrinhas y luego en barco -1´30- hasta Boipeba. Se tarda entre 6 y 7 horas para llegar, pero merece la pena!!

Hace 3 años el transporte para llegar a la isla era más precario, casi no había carteles con indicaciones. Ahora hay 3 salidas diarias desde Valença y 3 vueltas también, con horarios bien marcados..
La isla de Boipeba está ubicada al sur de la isla de Tinharé y representa lo que fue en su momento Morro de Sao Paulo (ubicada al norte), donde ya no queda ningún nativo y el turismo ha transformado en su totalidad el aire de la isla.

Hace 3 años sólo había un lugar para Internet, ahora está lleno.
Hace 3 años casi no había teléfonos públicos, ahora hay uno en cada esquina y placita.
Hace 3 años las posadas se podían contar con los dedos de la mano, ahora hay una al lado de la otra. E incluso, hay una posada de lujo en lo alto de un cerro, el cuál se atraviesa para ir a la otra punta de la isla, a Moreré. Un cerro que antes no tenía iluminación al anochecer, ahora el caminito está señalado por luces.
Hace 3 años sólo había un bar reggae en la plaza de la zona centro, y creería que el único en toda la isla, ahora hay 2 más, y cual es mi sorpresa cuando me encuentro con Augusto, uno de los dueños de los bares, que conocí hace 3 años.

Hace 3 años había pocos turistas, ahora hay más, aunque la isla permanece divina. Siguen construyendo posadas y restaurantes, pero todavía conserva esos lugares vírgenes y perdidos. Es importante decir que es una isla preservada por IBAMA (Instituto Brasileiro de Meio Ambiente).
No están permitidos los coches. Tractores y mulas son los medios de transporte. Me pregunto sobre las contradicciones que conlleva el desarrollo turístico y, por ende, urbanístico, en lugares tan vírgenes y naturales como éste, o como lo fue en su momento.

A modo de dato curioso: asistimos a un carnaval muy especial: un trío eléctrico tirado por una mula.

Los nativos quieren turismo porque comporta más ingresos económicos, pero ¿hasta qué punto son capaces de venderse cuando llega un extranjero adinerado y construye una posada de lujo y quizá paga cuatro reales a los nativos para que trabajen a su servicio? ¿Cómo relacionar turismo y preservación-desarrollo cultural sin que confronten? ¿Sin que el dinero corrompa el estado auténtico y original? Son reflexiones que aparecen de manera reiterada, sobre todo porque estos efectos se reproducen cada vez más, al menos en América Latina.

La isla nos regala pedacitos de calma y paisajes dignos de postal. Las miradas se deleitan entre cocoteros (palmeras) y bancos de arena que se forman en el mar cuando la marea está baja. Bancos de arena que llaman a gritos mi caminar hacia la inmensidad del mar. Como si el mar abriera sus aguas para zambullirme hacia un no lugar.

Nos encontramos de nuevo con Charo, con quien compartimos la Fiesta de Iemanjá el sábado 2 de febrero, una de las celebraciones más importantes de Candomblé.
La Fiesta de Iemanjá es el ritual que se celebra cada día 2 de febrero para entregar ofrendas a la diosa del mar y de la fertilidad. La más conocida es la de Rio Vermelho (Salvador de Bahía). En Boipeba, la intimidad y la buena energía de la gente nos regalan una experiencia inolvidable.
Tambores al son del ritual mientras el pai dirige la ceremonia, nos preparamos todos para embarcar mar adentro y entregar/lanzar las ofrendas (flores, jabones, espejos y productos de belleza) a la diosa que atiende en un mar revuelto e impaciente.

Me preparo para volver a Barcelona con el aroma a Iemanjá. Con energía y ganas de abrazar mi ciudad. Esa sensación de estar cerrando una etapa, ahora se manifiesta a borbotones. Esa sensación de estar abriendo una puerta y de iniciar un nuevo ciclo, en todos los sentidos, hace un tiempo que se empezó a gestar.

Pedacitos del último viaje por Brasil

Inicio de ruta: Sao Paulo

Sao Paulo - Manaus (Estado de Amazonas): avión

Manaus-Santarém (Estado de Pará): barco

Santarém - Sao Luis de Maranhao (Estado de Maranhao): avión

Estados de Ceará - Piauí - Rio Grande do Norte - Paraíba - Pernambuco - Alagoas - Bahía (Nordeste de Brasil): por tierra

Salvador de Bahía - Rio de Janeiro: avión

Fin de ruta: Rio de Janeiro

Pedacitos del último viaje por Brasil

La idea es mostrar una selección de fragmentos de bitácoras (difundidas por correo electrónico en su momento) y otros datos de interés, sin pretender ser exhaustiva (para los que me sigan, ya sabéis que cuando escribo… no hay límite).


EL RÍO AMAZONAS


Esos 31 de diciembre señalados en el calendario como fronteras permeables, se van abriendo de a poco. Indican un final y un inicio. Un día detrás de otro. Es simple. Sin embargo, diversas fisuras quiebran esa continuidad, por promesas y retos que nos hacemos a nosotros mismos para el próximo año y que quizá algún día se cumplan… Balances del año que termina y diálogos con nosotros mismos. Nos interrogamos, nos autoanalizamos. Los seres humanos somos así, despellejamos los ingredientes que componen la supuesta felicidad para llegar a conclusiones interminables. Y esos 31 de diciembre “tienen que ser especiales”, nos marcamos nosotros

(foto: hugo arce)

mismos esa frontera, siendo conscientes que termina la noche y empieza otro día, así, sin más.
Este último fin de año decidí no cuestionarme nada, ni pedir deseos, ni celebrarlo… o quizá si que lo celebré porque para mí el hecho de viajar ya merece ser celebrado.
El día 31 de diciembre de 2007 a las 23:55h partía de São Paulo un avión en dirección Manaus (Amazonas) y fue en ese avión donde el 2008 me dio la bienvenida, entre los efectos de sobrevolar fuegos artificiales y luces estelares procedentes de la tierra.

Aterrizamos en el aeropuerto de Manaus, la capital del Estado de Amazonas. La humedad empieza a penetrar en el cuerpo y el calor avanza en un día gris. En esta época del año, los días son grises con escasa apariciones del sol, acompañados de lluvias intensas y breves.
Manaus es una ciudad industrial, alejada de un imaginario, quizá demasiado naif e ideal de encontrarme un lugar bohemio, tranquilo y abrigado por la selva. Conviven 1 millón y medio de habitantes, siendo la gran mayoría “caboclos” (nombre que reciben los mestizos europeo/indio), entre innumerable “lojas” (tiendas) de todo tipo de productos y vendedores ambulantes. El bullicio es paradigmático en esta grisácea decadencia entre edificios abandonados, sin intención de ser restaurados, desfigurados por árboles y ramas que se apoderan de las paredes. Estos edificios se mezclan con otros que gozan de más suerte, concentrados la gran mayoría alrededor del Teatro Amazonas, de gran opulencia, construido en 1896, con materiales importados de Europa.

El puerto es el lugar por excelencia, donde se concentra la más variopinta fauna humana, barcos que llegan, barcos a punto de partir con hamacas colgando de los techos, carga y descarga de mercadería, un intenso tráfico de personas transportando cajas con alimentos y productos para el quehacer cotidiano.




El Estado de Amazonas depende y concentra su gran actividad alrededor del río. En la zona de la triple frontera (Brasil, Perú y Colombia) el río tiene el nombre de “Amazonas”, luego en Brasil ya pasa a llamarse “Solimões”, hasta que se cruza con el rio Negro “O encontro dás Aguas” en Manaus y de nuevo, vuelve a llamarse “Amazonas” hasta el océano Atlántico.







Barcos...Parintins, Santarém y Alter de Chão

Partimos de Manaus rumbo al este, en un barco de dos niveles plagados de hamacas, valijas, bolsas y niñ@s.. Después de esta experiencia, me permito nombrar algunos consejos para viajar en barco: llevar una hamaca, llegar al barco 4-6 horas antes, o quedarse a dormir en él. Objetivo: encontrar un buen lugar.
Intentar no enojarte cuando tienes un buen lugar y viene otra persona justo antes de partir y coloca su hamaca encima de la tuya. Así funciona. Todas las hamacas amontonadas. Después de tantas horas a bordo, se conoce a un montón de gente y bueno... no queda otra.., se convierte en una gran familia efímera.












(Foto: O Encontro das aguas)






Una breve parada en Parintins y luego nos dirigimos a Santarém, en el Estado de Pará, aunque también región Amazónica. Catorce horas más de viaje siguiendo el curso del río. Llegamos a Santarém el día 6 de enero y nos alojamos en Alter do Chão, a unos 30 km aprox de la ciudad, un lugar paradisíaco, recóndito entre la selva, con playas que forman islas y aguas cristalinas del río.






















LENÇOIS MARANHENSES

Los lençois son sábanas (los catalanes podemos apreciar la similitud con la palabra llençol).
Este Parque Nacional goza de este nombre en alusión a las dunas de arena que se han ido formando a lo largo del tiempo.
Según algunas guías de viajes y la información de la mayoría de la gente a quién preguntamos, es necesario desplazarse a la localidad de Barreirinhas, el punto a partir del cual es más fácil explorar el parque, pagando un tour en 4 x 4 (aquí todos dicen toyota) hasta llegar al inicio del parque porque la toyota no puede entrar. Sin embargo, indagando un poco más (como siempre), descubrimos que hay dos lugares ideales para explorar las dunas caminando y con menos gente: Santo Amaro (donde se filmó la película Casa de Areia) y Atins.
Llegamos a Barreirinhas, pasamos la noche y al día siguiente temprano nos vamos en barco (4 horas) a Atins.
No pretendo empalagar este escrito con la descripción de las dunas ya que en muchas ocasiones únicamente "se siente", simplemente me gustaría expresar que es un lugar espectacular. Atins vive entre el silencio y el viento que empuja a las dunas, algunas bordean las casas de los moradores. Las dunas avanzan a paso lento, sin temer zambullirse algunas de las casas.

Coincidimos en la posada de Doña Rita con Charo, una española de 64 años que está viajando por Sudamérica, con una energía increíble y de puta madre (me permito la expresión), Lauro, un periodista de San Pablo, Elvira, una alemana de 50 años, de las pocas hippies que quedan hoy en dia y Fernando, un paulista que veranea todos los años en Atins y conoce a todos los nativos.
Una de las cosas que más me fascinan de los viajes es cuando surgen estos encuentros entre personas que siguen rumbos diversos, en lugares perdidos. Gente que no se conoce de nada y que conecta y esto fue lo que pasó en Atins. Al paisaje se suma la humanidad del lugar y de los viajeros.

Emprendemos una excursión de unos 12 km entre las dunas del Parque Nacional con Charo, Lauro, Betinho (el guía), Hugo y yo. El camino de las dunas es increíble y sin un guía te puedes llegar a perder. Descensos vertiginosos de dunas de enorme altura y vistas panorámicas de un pequeño desierto sin un fin visible.
Una vez atravesadas las dunas, llegamos a Canto de Atins donde viven muy pocas familias. Las casas están dentro del parque nacional, declarado en el año 1981, y el gobierno quiere desplazar a estas casas, familias que nacieron y vivieron toda su vida ahí.
Como siempre, existen contradicciones y paradojas, al mismo tiempo que ocurre esto, vemos, a la vuelta de Canto de Atins, unas 5 o 6 toyotas, alquiladas por turistas adinerados y conducidas por guías, recorren las dunas, cuando está prohibido. Si el objetivo es la conservación y protección, ¿por qué no es para todos igual?





Datos destacables y links:



-En TOUROS (90 km al norte de Natal) descubrimos que hay una versión local sobre el descubrimiento de Brasil que se opone a la oficial: la Ponta de Porto Seguro de Touros es donde habría llegado Cabral. Según esta teoría, es imposible que Cabral hubiera salido de Lisboa el 9 de enero y hubiera llegado a Porto Seguro, sur de Bahía el 22 de abril de 1500, ya que las corrientes y los vientos eran contrarios a Bahía. Por lo tanto Cabral habría llegado a Porto Seguro de Touros, la esquina del continente, según el investigador LeninePinto (http://tribunadonorte.com.br/especial/descobri/outrahist.htm)




-RECIFE (Estado de Pernambuco) tiene casi 3 millones de habitantes. Es una ciudad industrial y moderna, conectada a través de puentes sobre el río Capibaribe con un hermoso centro histórico, que emite pintorescas evocaciones del colonialismo.
Recife y es una de las ciudades más peligrosas de Brasil. Tan sólo decir que durante el fin de semana (26 - 27 enero´08) cuentan 45 personas asesinadas en el estado de Pernambuco, según Pebodycount:
http://www.pebodycount.com.br/post/postUnico.php?post=738
http://www.vermelho.org.br/base.asp?texto=26924

-CARNAVALES EN BRASIL: sugiero que entréis en el blog de mi amiga Charo http://charogarcia.blogspot.com/2008/02/el-carnaval-es-una-de-las-celebraciones.html Hace una excelente descripción de los carnavales en Brasil con fotos muy ilustrativas, ya que siguió los pre-carnavales y carnavales en diversos estados de Brasil.

-¿QUÉ ESTÁ PASANDO CON LA SELVA AMAZÓNICA?

"El Amazonas es el pulmón del planeta y si ese pulmón se destruye con él la tierra, porque respira por los bosques y las selvas (...) Tenemos que parar este sistema de muerte, hay que batallar para que la economía y la política gire alrededor de la vida. Ahora los procesos naturales, como ciclones, huracanes, avances de glaciales o deshielos, son más acelerados y violentos. El Planeta esta avisando". Elsa Bruzzone


-Lula expía sus culpas con los indígenas por Juan Arias

-Greenpeace pone condiciones al plan de Lula para reordenar la Amazonia por Greenpeace


-Amazonía, ecocidio anunciado por Frei Betto



















































Violento temporal en Posadas (conocido como "mesociclón")

12 de octubre de 2007.
2:30h aprox de la madrugada.

Me despierto de manera súbita a causa de los terribles golpes que se escuchan por toda la casa. Pareciera como si alguien estuviera lanzando piedras con todas sus fuerzas. Aporrean de manera agresiva el techo, las paredes, las ventanas. Empieza a caer agua del techo en algunas de las habitaciones, se corta la luz y los golpes continúan.

La ciudad de Posadas está siendo víctima de un mesociclón. Brutales ráfagas de viento a 146 km por hora atropellan árboles, destrozan chapas y quebrantan postes de luz. Las bolas de granizo no se detienen, pareciera un castigo de los dioses, y siguen cayendo durante 15 minutos.

Según los meteorólogos, nunca antes se había registrado en la región un fenómeno de estas dimensiones. En el año 2000 también aconteció una tormenta en Posadas con vientos de 120 kilómetros por hora. Sin embargo, en esta ocasión la velocidad del viento es espeluznante y los 15 minutos de gran cantidad de granizo es excesivo (cuando cae granizo puede llegar a durar de 2 a 5 minutos como mucho). Pareciera ser la cola de un tornado.

A las 3h aprox la tormenta se detiene, aún así sigue lloviendo.

Unas horas más tarde, por la mañana, con la luz del día, puedo ver los terribles estragos que ha causado la tormenta. Hay árboles caídos, muertos, raíces arrancadas de manera atroz de la tierra. Postes de luz por el suelo. Los más afortunados nos quedamos casi dos días sin luz.

La zona sur de Posadas ha sido la más afectada y el barrio del Aeroclub (uno de los más humildes), ubicado en una inmensa planicie de tierra roja, ha sido despojado de casas enteras. Mientras camino por sus calles puedo ver las ruinas de casas derribadas, muebles húmedos a la intemperie, personas intentando reconstruir lo poco que les queda de sus precarias casas.

Gente azotada por un castigo de la naturaleza, se queda sin nada. De mientras, los agentes de Defensa Civil están de huelga. Y no, no crean que interrumpieron su huelga para asistir a las víctimas. Siguieron de paro en reclamo por mejora de sueldos. No sé si ironía es la palabra apropiada, seria más bien, crueldad.

Desde este lado del mundo, descentralizada absolutamente de la gran capital, las ráfagas de viento y lluvia golpearon de manera violenta a muchísimas familias y, como siempre acontece en este mundo desequilibrado, las familias más humildes fueron las más afectadas.

Desde este rincón del mundo, en una de las puntas norte de Argentina, un lugar fronterizo, conocido en Europa, mayormente por las Cataratas de Iguazú.

Y como es de sarcástica la vida. Por un lado, la huelga de Defensa Civil. Por otro lado, en la página anterior a esta noticia en el diario El Territorio, en la misma sección de Actualidad, otra noticia un poco más alegre, cuyo titular reza: Buena expectativa turística por el fin de semana largo. En Iguazú está completa la ocupación hotelera de cuatro y cinco estrellas.

De mientras casi 1200 familias aprox. no tienen casa.

A día de hoy, 16 de octubre, la escasa ayuda del gobierno sigue siendo lamentable. Reparten chapas de cartón que a duras penas alcanzan a cubrir las pérdidas. Voluntarios universitarios ofrecen su colaboración para organizar equipos de trabajo. Sin embargo, la gente sólo necesita un lugar para vivir. A día de hoy, sigue lloviznando, aún no salió el sol.

¿Alguien se enteró de esto en Catalunya?

Volver a un lugar: La Quebrada de Humahuaca

A veces me pregunto que atesoran algunos lugares que provocan un regreso incesante. Conocemos un lugar en el mundo y de manera fulminante nos atrapa. Nos convertimos en prisioneros. Libres prisioneros. Desde el momento que conocemos el lugar, firmes pensamientos sustentan la memoria y al cabo del tiempo, quizá la imaginación contribuye a forjar una imagen ideal. La evocación latente ya forma parte de nuestro ser y jamás descubriremos la razón de nuestra atracción. Porque cuando hablamos de sensaciones, no hay razones. Ni siquiera las palabras alcanzan a comprender.

Quizá estos lugares son como esos amores que nos atrapan con un seductor anzuelo y no sabemos el porqué. Esos amores que pasan por nuestras vidas de manera efímera y permanecen idealizados. A veces me pregunto si el reencuentro será tan ideal como lo fantaseamos en nuestra memoria o si el idealismo vive únicamente en nuestro ser, en nuestro imaginario. ¿Los lugares serán como los amores?

Agosto 2007: Es mi tercer encuentro con la Quebrada de Humahuaca. Atraída por una suerte de embrujo, creo que fui víctima de su anzuelo la primera vez (en diciembre de 2004). También fue un seductor anzuelo.

La Quebrada de Humahuaca es un valle de 155 km de longitud ubicado en la región noroeste de la República Argentina. Tilcara, una de las localidades de la Quebrada, es el lugar donde me alojo, en la hostería “Rincón de Fuego” de Ricardo, el padre de Sebas, a quienes agradezco sinceramente su hospitalidad.

Cerros áridos, vientos que revolotean la tierra y salpican los cuerpos de gargantas sedientas. Parecieran cerros imperantes ante cualquier adversidad. A medida que voy llegando a Tilcara vislumbro, a través de la ventana, un cartel sostenido por un grupo de personas que se manifiestan en la ruta. El cartel reza “Fuera gringos”. Es un significativo anticipo de lo que veré a lo largo de mi estadía.

En la parte inferior de la Quebrada encontramos cerros multicolores fuertemente erosionados. El cerro de los Siete Colores, en Purmamarca, anticipa un leve aroma a misticismo. Me dejo llevar por ese aroma e intento escapar de los numerosos turistas que se concentran en la plaza central, alrededor de una gran cantidad de artesanía seriada e industrial. El encanto del lugar convive con esta explotación. Es una realidad.

La Quebrada de Humahuaca fue declarada, en julio del 2003, Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por UNESCO. Desde entonces, ha sido campo de batalla de explotaciones turísticas, sin ningún tipo de reglamento, proliferando los conflictos de tierras. Muchas de las tierras han sido vendidas por los nativos del lugar a precios ridículos, sin saber que la tierra ha ido adquiriendo un enorme valor. Los beneficiarios son foráneos que, viendo la oportunidad de negocio en el lugar, han erigido hoteles y restaurantes a diestro y siniestro. Los lugareños se van o terminan trabajando para ellos, como mucamas (servicio doméstico), camareros/as, sirvientes, etc… También hay casos de usurpaciones de tierras.

El incremento del turismo podría ser positivo para la Quebrada de Humahuaca, aportando beneficios económicos para la comunidad local. Pero lamentablemente no es la opinión generalizada de los nativos del lugar a raíz de la experiencia posterior a la declaración de la UNESCO. Existen conflictos, contradicciones y malas prácticas fruto también de la idiosincrasia del lugar. Una idiosincrasia compleja y difícil de entender para una persona ajena pero, si más no, me permito la licencia de transparentar ciertas impresiones a raíz de mi interacción con el lugar y de las conversaciones con diferentes personas.

Me resulta arduo caminar por territorio resbaladizo ya que es una realidad profundamente delicada. Sin embargo, no puedo dejar de aturdirme ante determinadas prácticas que pervierten la cultura, ocasionadas por la llegada masiva de turistas que desean contemplar la singularidad de la cultura andina, sin hurgar más allá del exotismo concienzudamente preparado.

Se alejan las culturas que entran en contacto y es entonces cuando pueden suceder dos cosas en este choque cultural: los lugareños terminan odiando a los extranjeros (como el cartel “fuera gringos”) o los lugareños explotan el exotismo de sus prácticas y los extranjeros sólo somos máquinas de hacer dinero y somos todos iguales. Es así como se establecen clichés de cara al turista. La cultura se estandariza, preservando su singularidad para reuniones íntimas.

Si las políticas culturales y turísticas públicas fueran más eficientes, si la participación de la comunidad local en diversas acciones fuera más activa, si los visitantes tuvieran mayor conciencia, si no hubiera tanta inversión hotelera extranjera, si…, si…, hay tantos sis y tanto por hacer y tanto por movilizar, por inducir un giro absoluto.

Aún así hay gente que está trabajando por ese giro, que cree en un camino cultivado en el tiempo y en comunidad. Y son ellos los verdaderos activos. Ricardo, sin ir más lejos, quien está potenciando un turismo de calidad, a través de las hosterías y circuitos turísticos; l@s técnic@s de la red de turismo rural comunitario (Alberto, Patricia, Natalia) y todos los emprendedores que forman parte y trabajan por fortalecer sus estructuras y buscar recursos, con ellos compartí una amistosa y divertida jornada en Higueritas (Tumbaya); Armando Álvarez y la radio Pirka (Tilcara); La Casa del Tantanakuy (Humahuaca) y muchas personas y organizaciones que siguen trabajando fiel a sus convicciones y con la gente, a pie de la realidad.

No puedo terminar esta bitácora sin nombrar a Música Esperanza (Tilcara), Susana, Radek y el resto del equipo que está realizando una intensa labor cultural y musical en el territorio, y en proyectos transfronterizos musicales con población infantil. Como siempre, la música un lenguaje universal. Os deseo lo mejor. Tampoco puedo dejar de nombrar un dato curioso, conocí a mi homónimo boliviano Radek, ya que nacimos el mismo día del mismo año con una hora de diferencia, Radek en Sucre (Bolivia) y yo en Barcelona. Gracias Radek por las conversaciones dispares y el intercambio intelectual, por las risas y por la deliciosa cena con tu familia.

La Quebrada, un valle enigmático que envuelve todos mis sentidos mientras me desplazo de San Salvador de Jujuy (la capital de la provincia de Jujuy) a todas las localidades del valle; de Tilcara a Tumbaya; de Humahuaca a Volcán; de Maimará a Purmamarca.

Idas y vueltas, cruces constantes, viajes en colectivos llenos de tierra expulsada por el viento. Personas en constante movimiento desde bien temprano, en la madrugada, hasta altas horas de la noche.

A lo largo de 10.000 años la Quebrada de Humahuaca ha funcionado como una continua vía donde ha acontecido un caudal de interacciones a nivel cultural, comercial, económico, social, etc… Desde las instalación de los primeros pueblos cazadores, pasando por ser ruta de los Incas antes de la Conquista, hasta vía del comercio entre Potosí (Bolivia) y el Río de la Plata, a través del Camino Real.

Un verdadero dinamismo cultural en perpetuo tránsito a través de la ruta. Un tránsito que me cautiva.

La Quebrada de Humahuaca sigue siendo un lugar donde me gustaría regresar de nuevo. Todavía hay lugares recónditos por descubrir.

La Pachamama

Son las 9 h de la mañana de un gélido sábado de agosto. El cielo pareciera ocultar el sol entre los grises nubarrones que se desplazan a través de los cerros. Presagian llovizna. Escoltan el sosiego.
Estoy frente a la despensa de Liliana, en Tumbaya (Quebrada de Humahuaca -noroeste de Argentina-). La despensa, situada al costado de la ruta, es el punto de encuentro para ir a la ceremonia de la Pachamama en el primer calvario, primer paraje de Higueritas, que pertenece a la comunidad de Punta Corral.

Llegan Felipe Torres, el presidente de la Comisión aborigen de Punta Corral, su hija y un ingeniero que está trabajando en un proyecto para la comunidad. Emprendemos el camino hasta llegar a Higueritas.

Es la primera vez que asisto a un ritual de la Pachamama.

La ceremonia de la Pachamama es una práctica milenaria que se extiende en toda la región Andina, destinada a propiciar la fertilidad de la tierra. La Pacha es la tierra. La Pachamama es la Madre Naturaleza, aunque su significado original tiene diversas resonancias, según el idioma y la cultura, pero con el paso del tiempo fue derivando hacia un significado común y universal: La Madre Tierra. La Madre y la Tierra que produce cultivos y alimenta a los humanos.

El día 1 de agosto señala el inicio del año agrícola en los Andes centro-meridionales y durante todo el mes “se le da de comer a la tierra”. Agosto, la tierra hambrienta. Agosto, la tierra abierta. Todos los senderos del mal hierven en la tierra y durante el sagrado mes hay que ofrecerle todo, nutrir sus entrañas, ahuyentar los males. Es el momento de la fecundación.

Llegamos a Higueritas y empieza una misa en la capilla. Voy a saludar a Julia, que vive con su marido Naldo, en la casa que está al lado de la capilla. Ellos me invitaron la semana pasada al ritual de la Pachamama. Una vez termina la misa, salen con la virgen, mientras los sikuris acompañan la atmósfera con su música. Retornan la virgen a la capilla y empieza la ceremonia al frente de la misma.

Me preparo para observar y retener en mi memoria todos los pasos a seguir. Siento una enorme curiosidad por participar en esta ceremonia. Una curiosidad respetuosa con el ritual. Sin embargo, resulta difícil llegar a una comunidad de manera libre y habiendo sido invitada, ya que, son rituales íntimos, comunitarios y puertas adentro. En más de una ocasión se hacen públicos y pueden asistir extranjeros pero lamentablemente la ceremonia pierde su sentido puro y original, convirtiéndose en una representación escénica, con ciertos aspectos agregados de cara al turista.
Tengo la suerte de haber sido invitada por la comunidad y para mí es realmente un honor asistir a la ceremonia. Me cuido de pecar ser imprudente. Camino con cautela.

Mientras cavan un hoyo bien profundo en la tierra siempre mirando a la salida del sol, reparten vino tinto y hojas de coca. Antes de beber el vino, se da de beber a la tierra, dejando caer un poco de vino en la tierra, luego se bebe todo de una vez. Las hojas de coca se mastican, es decir se “coquea”.
De mientras la música sigue acompañando la ceremonia y cada uno invoca en silencio.

El jefe de ceremonias es Pablo Galiano (conocido como Don Yogurt) quién me indica amablemente todos los pasos a seguir y me explica el significado de cada uno de ellos.

Alrededor del hoyo están dispuestas todas las ofrendas (bebidas alcohólicas, coca-cola, semillas, carne, chicha –cerveza de maíz-, hojas de coca, etc…), diversos objetos de culto y el incienso prendido que embriaga el ritual.

Se reparten los cigarrillos para que todos fumemos con la Pacha y luego los enclavamos en la tierra alrededor del hoyo, en función de su consumo, la tierra murmura, presagia.


Mientras se prenden las brasas para elevar la tierra y darle fuerza, seguimos fumando (la práctica de fumar tabaco colectivamente es bastante común) y bebiendo.

Empezamos a ofrendar con mucho respeto, arrodillados frente al hoyo de dos en dos. Todas las ofrendas se consuman con las dos manos. Primero se arrojan las hojas de coca y el agua bendita. Luego las bebidas alcohólicas, licor, vino y coca-cola. Seguido de semillas, carne, galletas. A continuación la chicha, para finalizar con un brindis entre las dos personas que ofrendan y una oración o un buen presagio para el año.

Al finalizar se reza un Padre Nuestro y se cubre de nuevo el hoyo. La tierra ya está alimentada, satisfecha, saciada. A partir de ahora se seguirá trabajando en ella, sembrando, cultivando y anhelando gozar de un provechoso año.

Hasta el próximo mes sagrado, hasta el próximo mes de agosto.

Después de esta descripción, quizá asombrará el hecho de rezar un Padre Nuestro a lo largo de la ceremonia, de señarse como cualquier cristiano, de convocar una misa y rendir culto a la Virgen antes de la misma. La Pachamama es una deidad andina y pagana pero la asimilación “impuesta” de elementos cristianos, después de la Conquista, confiere un verdadero sincretismo aceptado socialmente, hasta el punto que hoy en día, el ritual milenario de la Pachamama sustenta una indudable unión con la fe católica. E incluso, por su feminidad, se ha fusionado con el culto a la Virgen María.

La Pacha, la Virgen María, los santos, el lenguaje de los cerros, la señal de la cruz, la cosmovisión andina y el catolicismo. No existen confrontaciones sino que forma parte de un proceso histórico asimilado desde antaño y cuando les pregunto sobre este tema, me observan con extrañeza. Es así, una transmisión de padres a hijos, los cultos ancestrales y andinos impregnados de la santa cruz.



La tierra está sensible. La tierra está en paz, se alejan todos los males. Reposa para empezar a trabajar. Se inicia el ciclo.

Siendo extranjera, me trataron como una más. Simplemente gracias por la invitación.

Estas experiencias jamás se olvidan. Les deseo un abundante y dichoso año.