Cuenta la leyenda que Tunupa, el volcán en forma de seno, era la esposa de Cusco, una montaña en forma de rostro de persona con la frente hundida, pero Cusco traicionó a Tunupa con Ozuña, otra montaña. Entonces Tunupa, furiosa, le lanzó una piedra hundiéndole la frente. Tunupa y Cusco tenían varios hijos, que son las islas ubicadas en el salar. Islas formadas por las erupciones de piedra volcánica que rebotan en la sal y como la tierra está caliente, erupta la roca y se forma la isla.
Tunupa esparció de manera salvaje toda la leche de sus senos para alimentar a sus hijos, las islas, y es así como surgió el salar.
La intensidad del silencio, instantes indescriptibles, instantes eternos donde la presencia se convierte en la nada. Es extraordinario, ejercitar el sentido del oído, escuchando el silencio y, al mismo tiempo, regocijar mi vista en la pulcra y nítida superfície angelical, palpar el suelo frío que empieza a calentarse por el sol, degustar la sal y oler su alma.
Atisbo el horizonte, pareciera estar en el mar. Un mar de sal.
Agosto 2006
Bolivia
1 comentario:
Felicitats pel teu espai virtual, Mireia!
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